Es una sensación extraña cuando uno tiene enfrente a alguien como si mismo, no sucede a menudo. Alguien muy cercano de la familia puede ser más corriente, lo digo por la genética, reconoces similitudes. Alguien totalmente ajeno, otra raza, otra cultura,alguien de distinto sexo...bueno ahora eso ya no se lo que es. Para eso los Oscars.
¿Cuesta caro declarar en contra de madame Sánchez?. Seguramente. No se yo si lo de Telefónica es después de todo negocios. La mujer de César, en los tiempos de Cayo como le llamaban los íntimos pesaba por su influencia, también su madre y amantes. Las estachas que tiran poco, o mucho, que hay debilidades aparentes que tiran más, los vínculos, las debilidades humanas. Las amistades peligrosas.
Parece que El País y los otros no afines, están de acuerdo en colocar al Gobierno contra las cuerdas. en un símil del boxeo ya olvidado. Al Ejecutivo los voceros de monsieur Puigdemont en San Jerónimo le llaman trilero y piratas. Lo de trilero pase pero pirata, no señor eso no, que diría don Antonio Ozores. Yo como consumidor de tebeos he sido muy de piratas, bucaneros, corsarios de los de Serrat o de Sabina, allá en la popa de un velero.
Demasiada parcialidad como para fiarme de algún medio de comunicación, me da pena por The New York Times que dentro de su línea editorial, su lado político, no se corta. Me parece que en política como en fútbol, como en tantas cosas humanas, es casi imposible hablar de uno sin ponderar demasiado o hundir al rival.
Ya hay nominaciones Oscars, no estoy de acuerdo en todo, como siempre y creo que la cosecha es regular.
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