El pollo.

Este párrafo y el siguiente los he añadido por fuerza mayor, es mi homenaje. Me ha sorprendido la muerte de Alfonso Ussía, generación del 48. Sabía que descansaba en Cantabría, que luchaba, como muchos ya hasta el final. Recuerdo la primera vez que le vi en el Vips de Velázquez y López de Hoyos, años ochenta, principios, desayunaba, cuando esa cadena petaba. Su primo era mi segundo entonces. Rezaré por él. Hay algo de fin de algo. Madrid, sus lugares, colegio, barrio, fútbol, gentes, humor, radio, sin tristeza porque don Alfonso tenía clase y no se admiten mariconadas. De aquellos postpartidos, barra a tope en Concha Espina con Mingote a su brazo escuchando quedan pocos. Lo que más me gustaría es que me contase como es eso donde está, si es verdad que todos van de blanco aunque sean espíritus, si se ha llevado alguna sorpresa, que le ha hecho reir, si su abuelo se acuerda de San Antón. Yo le criticaba si se terciaba, si no opinábamos igual, sobre todo de personas o posiciones. Teníamos en común el Madrid y la genialidad de don Luis Sánchez Polack, ambos temas obvios, y otras cosas varias. Desde luego mucho más en acuerdo que desacuerdo. Cultura, educación, humor, ingenio. El hizo la mili en Tierra yo Marina, eso marca.

Gentebien. Debe haber un Whatsapp para contactar con don Alfonso y preguntarle,  no por el fichaje que nos arregle, si por esa España absurda de autonomías que tampoco le gustaban y gente como Alfonso Guerra que descubrió tarde o Aznar que descubrió también tarde. Él mencionaba mucho la libertad de la persona. Ahora es libre.

Volvemos al pollo hay un buen pollo armado. ¡Oiga pollo !, Pollo Carvajal o Salazar, que hay mucho pollo en la comunidad hispana y luego esta lo de la olla que decía mi abuela. No hacía falta tanta intensidad en el arduo  trabajo diario del PSOE que se preocupa de como justificarlo a sus votantes. Esto es más viejo que el Canalillo, hay salidos en todas partes. Las fotos de los supuestamente implicados en delitos, casi todo se resume en ansia viva, sexo o dinero, no son las más favorecedoras. Eso hace que haya una cierta tendencia a señalar culpables dependiendo del sesgo político.  Lo admito. Pero, además, no somos gilis. Bueno a lo mejor algunos del Madrid si lo somos porque no alcanzamos la excelencia en libertad. Me parece poco probable que haya individuos que lleven tiempo años, no sólo con salarios de la política, en el mismo lugar, rodeados de mucha gente y no se sepa si les gustan las señoras señores, si palpan los traseros si hacen en los lavabos agujeros