jueves, 27 de agosto de 2015

Adaptación, personalidad.

Libertad para decidir y responsabilidad para asumir consecuencias.
Asier Illarramendi fue jugador del Real Madrid dos temporadas, despertó mucha ilusión y yo le avalé. No es que pensase que sería el "nuevo Xavi Alonso, pero si me gustaba su andar, su forma de jugar, fortaleza, estilo; tanto que lo comparé con Bobby Moore...
Si lo reconozco, me equivoqué.
Ahora vuelve a su tierra, con su gente, porque no se ha adaptado. 
Le deseo mucha suerte. En el fondo pienso que no tiene mucha personalidad y no es capaz de afrontar retos de cierta envergadura.
Por supuesto se irá con sus millones en el banco, volverá a ver a sus amigos, comerá lo que le gusta y triunfará allí de nuevo y ojalá sea muy feliz. Sin embargo me da la impresión de ser un joven, dotado y de miras muy cortas, sin capacidad para luchar y adaptarse fuera de su territorio.
En este mundo global lo mejor que le puede pasar es retornar a su habitat natural del cual puede pensar que nunca debió haber salido.
¿Es esto muy guipuzcuano? Lo ignoro.
¿Es muy español? Espero que no.
Detrás siempre me parece ver aquello de como lo "mío", que no se exactamente a qué se refieren, no hay nada. 
Intento repasar la vida de aquellos que han sido algo y la inmensa mayoría han tenido que salir, viajar, conquistar situaciones hostiles, sobrevivir con dignidad y espíritu; luchar, sonreír y tomarse la vida sin tanta nostalgia porque en cualquier lugar hay algo bueno.
¿O es que yo he nacido en el mejor sitio, rodeado por lo mejor?

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