He vuelto al frappé, ese café con hielo patentado en Grecia y que simboliza el verano, ademas me dan un cake muy bueno. Miras a lo lejos y sólo hay agua del Mediterráneo y brisa. En la playa, pequeña y familiar no hay mucha gente.
He escogido un buen libro "Tan lejos, tan cerca", es la autobiografía de Adolfo Marsillach, me alegro de mi elección. Me detengo de vez en cuando porque no quiero acabarlo muy pronto; me rió en voz alta pero los de mi alrededor no se sorprenden.
Un bañito, el agua está fresquita y cubre pronto, hay poca gente nadando y un velero ha fondeado en la bahía que da al norte. Realmente la temperatura es cinco grados más baja que en otros sitios alrededor como Paros, Mikonos o Santorini.
A la hora del almuerzo una greek salad me espera, aunque podrían poner más aceitunas. Saludo a gente que me evita pasar páginas.
Don Adolfo siempre me pareció un hombre con talento para el teatro y para escribir y sus peripecias valen la pena, porque tienen mucho humor y se ríe de si mismo. Desde luego es irónico, escéptico y seguramente hubiese triunfado en la Grecia Clásica. Hace mucho años cuando TVE comenzaba en blanco & negro ya me gustaba Aquello de "Fernández punto y coma"
En el mundo, mientras, pasan cosas, también en verano, con las tabletas a tope. CR7 ha declarado y según los medios como siga emperrado en sus trece esto no va a acabar con una multa gorda. Ya veremos.
Mr. Trump sigue despidiendo gente (costumbre que cogió en su concurso).
Continúan sugiriéndote que en las redes está causando furor algo, a ver si picas; me siento orgulloso de no utilizarlas. Marsillach no lo hubiese permitido. También ha fallecido Sam Shepard, escritor sobre todo y ante todo, aunque los medios y el público, mediocres, hablan del actor. Es una pena, pero un agosto no va a cambiar siglos de pereza, que estos mármoles ya contemplaron.
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