domingo, 6 de agosto de 2017

Usain Bolt no gana, todos humanos, incluso Maduro.

Esas cosas pasan, aunque el cielo del Egeo te caiga sobre tu cabeza.
Una de las cervezas de por aquí se llama Mythos, que es quizás lo que es Bolt, sirvió para enfrentarme a diez segundos de una pantalla porque todo el mundo miraba; ese todo el mundo se refiere al mundo mundial, el local del pueblo es un mundo escaso. 
En el hot spot en Apollo todas las miradas se detuvieron menos de 10 segundos. Corría Bolt, que al parecer es del Madrid, o eso dice.
Una mala salida y el campeón no pudo ganar el oro. No se si se atreverán a enterrarle, yo me andaría con ojo.

Después de esta pequeña tempestad llega la calma, vuelve el olor de las higueras. los limoneros y el viento refrescante. En realidad no ha pasado nada. 
Llevo tiempo pensando en eso de la realidad que decía Sócrates y me pregunto si cada uno no tendremos una realidad. Y encima luego tienes que poner esa realidad en palabras y explicarte; ahí es donde no nos expresamos todos igual, por falta de acierto en el uso de las ideas o el lenguaje o porque nos engañamos a nosotros mismos cuando hablamos con los demás.

El que se expresa de una forma un tanto suya y patética es Maduro, un tipo realmente cansino. Habla de una revolución. Quiere ser Fidel pero su categoría dista mucho de aquel soldado de barbas que se comía el mundo. 
El mundo no es el mismo de 1959 ni de 1917 en San Petersburgo. Alguien me ha mandado un discurso de la canciller venezolana poniendo las condiciones de la constituyente parece un panfleto redactado en dos minutos. 
Cansina realmente cansina.
Sigo oyendo uno y otro artículo, va por el número cuarenta y corto, es demasiado cansino y triste. Venezuela no es Cuba, aunque eso si tienen petróleo.

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