Así es como se conocen los restos del Partenón en el British Museum arramplados por Lord Elgin al estilo inglés clásico.
No creo que vuelvan nunca a su sitio, pero los griegos han construido hace poco un magnífico museo al pie de la Acrópolis.
Lo visité cerca de su inauguración y he repetido. Una buena idea para reclamar, mentalizar; aunque pienso que si quieres arroz Catalina, no creo que los del gobierno de su graciosa majestad devuelvan nada porque no les hace gracia y sería un mal precedente. Además con el Brexit no se facilitan estas cosas.
Allí están las Cariátides ( falta una también) y mucho hueco en un diseño que mira al original.
Gente por todas partes, españoles ruidosos, y una reproducción preciosa de Lego.
Estuve tentado de adquirir un busto de Alejandro y me contuve.
Hubo paseo al pie de esa colina llena de historia. Cuando lo estudié, con 14 años, me parecía increíble que hubiese un polvorín allí dentro y todo estallase por los aires ¿En qué estaban pensando?
Ahora comprendo que las estupideces del ser humano son inagotables.
En medio del calor, los turistas y los griegos ofreciendo algo, pensaba que quizás alguno de los muchos grandes personajes que han tenido pasaron por estos parajes y oyeron a los ancestros de estos grillos.
Llegar a La Plaka reclama un cerveza a la sombra. Un brindis a esos tipos que marcaron el camino de nuestra civilización. Dejó el mundo heleno, con sumo agradecimiento, y pretendo llegar a tiempo a Chamartín.
Sócrates me lo hubiese perdonado
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