miércoles, 5 de febrero de 2020

Vuelo de Air Canada, otro día en la oficina.

Yo no iba en el avión de Air Canada, que despegó y volvió a Barajas, tampoco conozco a nadie que me haya contado nada, desde dentro o desde fuera, ni controladores ni otros pilotos. Sólo puedo decir lo que siempre he dicho, si hay una profesión en el mundo de la cual me fio es comandante piloto de líneas aéreas, los políticos están bajos muy bajos en mi apreciación personal. Luego habrá compañías que preparen mejor a sus profesionales, los habrá con mayor experiencia, mejores manos, hora de vuelo, simuladores u otros factores, pero un comandante piloto sabe lo que tiene que hacer y el de Air Canada lo hizo. La mayoría de los pilotos acaban su vida profesional sin tener que poner en práctica todo lo que saben en caso de emergencia. La razón es que los aviones son cuidados, mantenidos, conforme a unos protocolos estrictos, todo el mundo en la cadena sabe lo que tiene que hacer. Errores, los hay. Cuando llega la emergencia, que has ensayado, estudiado, preparado, nunca sabes como vas a reaccionar, pero piénsenlo ¿qué otra profesión hay con esos estándares?
Luego oyes a los profesionales de la información, cuyos niveles son variopintos, no van a la zaga de los políticos, se ponen delante de un micrófono, un ordenador, y hablan de la parafernalia con un lenguaje donde ni los términos aeronaúticos se cuidan, aunque fuese por respeto, un poquito de por favor, que decía aquel. El comandante, su tripulación, estarán satisfechos, han cumplido con su deber, han salvado vidas, minimizado daños y volverán a volar, mejores todavía.

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