sábado, 24 de diciembre de 2016

Como se ha dicho de muchas maneras, muchas veces, Feliz Navidad.

A las 10.30 am he hablado con Australia, en nuestras antípodas; ya habían cenado, a su estilo. Hay 40 grados de calor y humedad, pican los mosquitos y es otro tipo de Navidad. Recordaba otras estancias tropicales, ecuatoriales, sin árboles ni nieve. Por la noche nos llamarán desde USA.
Supongo que la Tierra es muy grande y debe haber de todo.
Me he puesto villancicos mientras escribía. Christmas with Elvis Presley, Nat King Cole, Sinatra, Dino Martin, el pequeño tamborilero de Raphael...los inolvidables.
Esta noche cuando aquí en las Españas sean las 10 pm más o menos no se sabe con exactitud, hace unos 2016 (tampoco exactos) nació un Niño en Belén de Judea. 
La primera Navidad. Menudas circunstancias, las de entonces, donde también nacían niños y sobrevivían. 
Nos cuentan que los padres, sobre todo la mamá, pasaron aquella noche como pudieron, siempre ayudados por alguien. El cielo brillaba de estrellas, aunque una parecía especial. Los pastores cuidaban de sus rebaños ¿ Qué temperatura haría al raso?
De pronto un personaje, asociado a los grandes mensajes del cielo, les anunció que había nacido el Salvador, el Cristo, el Señor, la señal sería que le verían envueltos en pañales y acostado en un pesebre. esto cuenta Lucas; no se quién se lo contó a él.
Y así empezó todo.
Cada año se repite la misma historia. Los pequeños la escuchan fascinados, con el corazón y los ojos muy abiertos, el Niño-Dios despierta las mayores ternuras y sentimientos y nunca un personaje tan indefenso tuvo tanta fuerza. 
Este mundo de hoy, que no escucha, debería tener la suerte de oír a ese enviado que se apareció a los pastores. No me imagino como sería el anuncio, pero siempre sentí mucha envidia pro no haber sido pastor, ni estar con mi rebaño esa noche que sólo sucedió una vez.

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