lunes, 19 de diciembre de 2016

En Yokohama, muy bien tratados.

Final de esa cosa llamada Mundialito, que por fin se acaba.
Comprendo a los del Kashima, ilusionados por ganar, en casa, su público, posibles campeones del mundo; disciplinados y haciendo cosas bien; han estado cerca. 
Me gustaría felicitar a esta especie de anfitriones. No alteraron nunca su forma de jugar, ni casi el ritmo, ni las ambiciones, eran como su carácter, su educación, su sentido de la vida y eso es de aplaudir; luego viene lo del fútbol, como interpretarlo, jugarlo y marcar goles que es la esencia del juego. No es injusto que hayan perdido, si hubiesen ganado tampoco hubiese sucedido nada.
El Madrid sacaba lo mejor disponible para intentarlo y los locales supongo que también. 
En el primer tiempo en una oportunidad creada por un mal despeje de Varane nos empataron, Navas no había intervenido hasta ese instante; Benzema que marcó antes fue el mejor y se perdieron otras ocasiones. Quizás hubo distracciones o relajación, no lo se; si creo que dominando, controlando, haciendo casi todo bien no se remató al rival. 
Los laterales cuando atacan y lo hacen mucho, Carvajal-Marcelo, dejan huecos porque no son capaces de recuperar tanto o porque eso es para superdotados. Los contragolpes los desaprovechamos por torpezas nuestras y ya va siendo habitual. El gol de ellos llegó al final del primer tiempo. Benzema, Lucas y Modric sustentaban el fuerte.
Luego tras el descanso, se nos vió intentando ganar y nos hicieron otro en un buen disparo de contra, el mismo jugador, Shibasaki. El acoso y derribo, el penalty llegó, se empató, la prórroga y otros dos goles de CR7 que hicieron que se acabase 4-2.
Misión cumplida, otro trofeo.
No se si hay lecciones que aprender, o  consecuencias que sacar, casi todo es forzado como el viaje; puedes ser superior y debes imponerte en el campo, esa es la realidad. Supongo que la cuestión física es determinante y S. Ramos deba dar gracias porque no recibió la segunda amarilla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario