martes, 13 de marzo de 2018

No somos mucho que digamos

Una florista me dijo ayer que se está muriendo mucha gente en Madrid, que este invierno- será por el frío- caen como moscas. 
Otra persona-mujer- me explica como los católicos españoles no reaccionan bien ante la muerte,como sorprendidos de esas cosas que nos pasan a los mortales. 
Es cierto que los católicos- que se supone creen en la resurrección del cuerpo y en la vida eterna- no son muy coherentes en todo lo que rodea el tránsito a la otra vida. Será que pensamos que somos eternos.
Ahora toda España sabe de un niño de ocho años ha sido asesinado, probablemente por una persona con apariencia normal, pero que indudablemente no está bien. La justicia ya ha intervenido, será juzgada y condenada, si es culpable. Su mundo me parece que se basa en unos parámetros donde quitarle la vida a un niño es simplemente un paso más. Parece una cosa de doctores.
La madre del niño- en sus declaraciones- es todo un ejemplo. SIn duda es la persona que más está sufriendo y sin embargo mantiene sus principios y creencias, sin obsesiones, casi de una forma natural.
También me contaron de una persona genial que -ya muy mayor de edad- ha fallecido en una operación. Su corazón no ha aguantado. Antes del quirófano, ella dijo: ya que estoy en el hospital tranquila, en paz, pues mira si me muero no pasa nada. 
Hay gente que da ejemplo constantemente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario