miércoles, 23 de mayo de 2018

Eternidad de cada día.

Nos hemos acercado mucho con las nuevas tecnologías y seguimos lejos.
Veo pulular a los españoles aquí en London, les gusta oír un acento conocido, hay algo que hace echar de menos la tierra, giran la cabeza. De hecho entre las muchas cosas que nos mandan las amistades en whattapp, casi siempre repetidas, hay una sobre lo que es sentirse español, su significado, y es un repaso a muchas cosas que te recuerdan a tu tierra, caracteristicas de todos los lugares de España.
No estoy seguro que ser español sea eso. Un buen arroz gusta si, pero no es eso.
Cierto es que estamos cambiando mucho y en Europa se nota más. Todos queremos lo mismo, vivir mejor y echar de menos la tortilla de mama o las croquetas de la abuela, como todos los humanos anteriores ambicionamos todo a la vez.
Estoy contemplando por estos verdes parques una generación de niñas y niños rusos, hindúes, italianos, franceses, pakistaníes, holandeses, portugueses, nigerianos ...y españoles que hablaran inglés con poco acento y echaran de menos los guisos de sus ancestros. Algo habrá cambiado en el futuro, se observarán los cambios y lo esencial, nuestra condición, seguirá fijando nuestros límites.
En el fondo resulta que los años que abarcan una generación no son nada, nada en absoluto y nos creemos eternos.

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