viernes, 4 de mayo de 2018

Perdidos, sin rumbo, en el lodo.

No es que me asombre darme cuenta que, nada es verdad ni mentira que todo depende del cristal con que se mira, lo que me produce cierto desasosiego es ser incapaz de calibrar las consecuencias. Es raro descubrir algo que no esté manipulado, incluso la manipulación se ha convertido en una herramienta a cualquier nivel. Lo más peligroso de todo es la manipulación de la información. 
Comienza con los titulares, como forma de captar la atención. Hay mucha competencia, muchos medios, escritos y visuales, y hay que captar al cliente. Se le capta con titulares, como se ha hecho siempre, pero ahora no se trata de lograr frases que despierten los peores instintos de una forma u otra, basta con captar la atención. En las páginas deportivas de la recuperación económica, como el "Marca"  que envolvía bocadillos , o el desaparecido "El Caso" de la misma editorial, se trataba de colocar un puñal sangriento en primera página y recordar a Jack el Destripador en la portada por las calles de Londres. En realidad la noticia era de un rasguño producido por una caída en Pinto, pueblo cercano a la capital. No había tanto crimen, tanto Jack andando suelto por la piel de toro. Igual producían sus noticias a primeros de siglo los inventores de la "yellow press" o los 'tabloides". Eran otros tiempos, las mismas ansias. 
Bien, creo que hemos vuelto mucho a las andadas y seguramente no hay una razón única. Es una mezcla compleja entre la ignorancia del lector, la banalidad, el hedonismo, la superficialidad y fragilidad de cualquier lazo, el nivel ético, la moralidad, los valores como gases sin peso específico, y la condición humana en busca de esos ideales construidos sobre barro en época de lluvías.
Quizá sea sólo un mal día.

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