¿Qué puedo decir de Madrid?
Es una ciudad divertida, acogedora, de gente de toda España y de todo el mundo, siempre lo fue. No son cosas de la Movida de los ochenta, con un alcalde que se las daba de moderno y viejo profesor, ni de la alcaldesa del Madrid Central, más bien son cosas del Madrid zarzuelero, chulapón, de entre guerras mundiales. Madrid no es rojo como en el 36 ni de la calle Génova, no pertenece a nadie.
Tapas de verdad y tapas para turistas, buenos restaurantes y terrazas que en diciembre permanecen apagadas como los toros pastando, cociditos, churros y ambiente, mucho ambiente aunque ya no esté Ava Gadner.
Tras la decisión un tanto salomónica, vendrán los del politiqueo de federaciones internacionales, nacionales, UEFA, FIFA, sus presidentes, el blablabla de sus directivos, los buenos hoteles, las comilonas, los desayunos de trabajo y las caras de haba ante las preguntas que no responden. Los otros políticos, los que no sirven al ciudadano, se apuntarán que Madrid tiene un gran aeropuerto, comunicaciones, y seguridad, con riesgos y esfuerzos.
Y al final lo importante, la magia del fútbol. El hincha es lógico que no quiera jugar fuera de Buenos Aires.
En Madrid hay muchos argentinos, otros llegarán de lugares diversos, es una oportunidad de ver buen fútbol, un marco estupendo. El césped suele estar como una alfombra de lujo y el escenario ha visto a casi los mejores jugadores argentinos de siempre, empezando por las exhibiciones de San Lorenzo hasta el embrujo de don Alfredo, al cual luego fichamos. Creo que es un privilegio poder tener este partido como lo fue recibir a Sinatra en su ocaso, Los Stones, Bruce y tanto otros. Espero un minuto de silencio y un gran partido.