lunes, 14 de enero de 2019

Los paracaidistas en la caída del Imperio Romano.

Recuerdo esa crisis cercana mundial de 2007, cuando España recaudaba mucho, con el señor Zapatero de presidente y el caos que parecía cernirse. 
La Unión Europea, sus recomendaciones y cierta sensación de tirarse sin paracaídas.  No se sospechaba de algunos en Cataluña, se veía todo como las quejas sobre el árbitro en un partido perdido. 
Ahora es día de Brexit en Londres, en Bruxelles, aquí día de Sánchez. Resulta como más gratificante estudiar a posteriori el Imperio Romano que afrontar la imagen patética de los políticos españoles. No inspiran. Y sin embargo existe el problema de los presupuestos y las concesiones a los independentistas en Cataluña .
Quo vadis Sánchez?
Cuando estudiaba esa época de Silas, Mario, Craso, Pompeyo Magnum...y  posteriores, me dió la impresión que simplemente todo llegaba  a su fin, al ser una obra humana. Es fascinante el siglo de Julio César y sus logros, la llegada de Augusto, el apogeo en el mundo conocido y el declive, largo y tendido. Hay varias razones para no perdurar, como pueden ser sus dimensiones y sus estructuras para elegir a la élite gobernante, las sucesiones, la ambición, las luchas internas. Un libro de un estudioso americano habla del clima y las enfermedades, pues también son razones. En realidad cuando tienes un tamaño puede ser manejable, pero con la riqueza todo se complica.
En España, ahora mismo, hay unos presupuestos, pero ese no es el problema. ¿Qué idea real tiene Sánchez de España?

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