jueves, 14 de noviembre de 2019

Caballos y jinetes en el cielo.

Algo debe tener el Far West, el Oeste, que tanto me atrae, será a través del Western que contiene todo lo que puede hacerte soñar, fuerza y debilidad, aventura
Quizá sea por las pelis, no sólo el maestro Ford, Howard  Hawks, Wyler, Zinnerman con "High Noon", San Peckinpah, Leone o Clint Eastwood, caravanas, puestas de sol , amaneceres, montaña, ríos puros, enormes extensiones. La caballería, los indios, los desiertos,  el alcohol de baja calidad, los emigrantes, colonizadores, la fievre del oro, Lo mejor debía ser acampar al raso, dormir apoyado en la silla bajo las estrellas. Los búfalos, beef and beans, las vacas, ganado, la barba de una semana, los burdeles, partidas de póker. Duelos, armas, Colt o Wichester, arcos y flechas, cuchillos o tomahawks
Un elemento fundamental en aquellas tierrass, salvajes, un tanto inhóspitas, duras, en pleno siglo XIX, escupiendo todo el mundo de sexo masculino, mascando tabaco, con su pueblo, su saloon, su higiene, su mortalidad, sus peligros, un elemento esencial era el caballo. Es un animal precioso, digno, me dan un poco de respeto. Si hubiese vivido en esos tiempos  hubiese tenido que aprender a montar rápido y bien. 
A lo mejor todo empezó para mi cuando oí en un tocadiscos "jinetes en el cielo", me imaginaba, con miedo y curiosidad, acarreando esos rebaños de mil vacas por una eternidad.

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