martes, 5 de noviembre de 2019

El VAR y la máquina de cortar jamón.

En los bares, tascas, restaurantes, en todos estos lugares de ocio que abundan por las Españas, como los flojos políticos, se corta el jamón, el auténtico, con un cuchillo bien afilado, dedicación y mucho arte. 
En Cataluña, donde iba de diversión, mucho antes de los tiempos de Pujol, se tomaba mucho jamón del bueno, no sólo butifarra o fuet, ahora supongo que también. El buen jamón es de las cosas más sabrosas jamas inventadas. Una gloria nacional más allá del independentismo como la manzanilla.
Los bares son otra gloria del panorama nacional. En un bar, con be, suele haber televisión para que el personal se distraiga entre tapa, caña, chato de vino. En ese aparato de televisión, posición elevada, ven algunos los partidos de fútbol, por no pagar la suscripción o por salir de casa, es más animado, entretenido, conoces gente. Los partidos ahora se ven con VAR, con uve. Todo va a cambiar, ha cambiado de hecho. El árbitro está más relajado, el personal resignado, los liniers distraidos, ya dirá el VAR si pasa algo, todo muy civilizado, en busca de la justicia humana perfecta, tolerante, comprensivo. Es el constitucional de las jugadas, no todas.
En otra ocasión lejana ya nos sorprendieron con la tecnlogía, fué cuando se inventó la máquina de cortar jamón. Yo la recuerdo más bien para el llamado jamón de york, Parma u otro tipo de embutido de ultramarinos, como el jamón serrano de los guarros que no reciben muchas bellotas. Coincidiendo con el invento florido de la máquina maravillosa apareció un chiste turbio, hoy calificado de super machista, que #MeToo odia en su versión sajona que no entienden. Ya saben la desafortunada bromita: "Desde que se inventó el bidet y la máquina de cortar jamón, ni el jamón sabe a jamón ni el c...sabe a c...". 
Eramos groseros, zafios, bastos, ordinarios, poco considerados y machistas, ahora gracias al #MeToo, y otras hierbas, somos fundamentalmente muy machistas. 
Yo no puedo afirmar si el fondo del chiste es cierto, al fin y al cabo lo inventó un francés, monsieur Bidet, ya que en mi vida sólo he tomado jamón ibérico cortado, bien, regular o mal, a cuchillo, por un sabio del oficio. Ahora la gracia ha cambiado: "Desde que se inventó el VAR, el bar donde veo los partidos, no es lo mismo, por solidaridad cortan el jamón con máquina". 
Amén.

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