sábado, 9 de noviembre de 2019

MacArthur, Coreas, #Metoo.

Último día de campaña, el debate de las candidatas no ha ofrecido nada nuevo, nunca había visto tan escasa reacción en los medios , no lo vi, y no creo que fuese peor que el masculino, porque sería poner el listón bajo, demasiado. 
Pensaba en la frase de MacArthur cuando se fue de su prostera guerra  para irse a casa, despedido por su presidente, creyendo que los chicos de USA habían cumplido con su deber y su vez, con acierto o errores, intento hacer lo mismo, un buen soldado se creía, los políticos, o políticas, seguro que se creen que son buenos, eficaces. 
Cuesta imaginarse una guerra o creer que sería algo parecido al campamento de M.A.S. H., con brillantes cirujanos, extraordinarios en su trabajo de salvar vidas, enfermeras eficaces entregadas a la causa, imprescindibles subalternos, inútiles superiores, todos a miles de millas de sus casas, sin internet, en Corea, una guerra después de la II, por ideologías distintas entre seres humanaos. Robert Altman hizo una magnífica película basada en un libro que contaba una versión divertida, sarcástica o cínica de un escenario de batalla, no se como haría esas bromas con #Metoo detrás. El hombre, sexo masculino ocupa aparentemente todo el espacio, las mujeres, sexo femenino, sean japonesas, coreanas o americaans, van a su rebufo. No se rebelan, no protestan, se ponen a beber, fumar, comer o a cualquiera otra actividad a la altura de los hombres, excepto en las duchas que se comenzaban a duchar en el mismo lugar pero después del pater. Incluso una, muy guapa, cuando se sube a un helicópetro para abandonar  Corea y volver a casa esboza una sonrisa, un recuerdo, inaceptable bajo el prisma de hoy porque ha resucitado, y bien, a un supuesto difunto.

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