sábado, 7 de marzo de 2020

Novios de la muerte.

Nos quedamos sin opciones.  Ya saben que todo se muestra como una dualidad, una elección, aunque no sean las elecciones de los USA donde todavía no hay candidatos, muchos escándalos pueden aparecer, muchos virus, los de SNL van a tener que recurrir a Alec Baldwin de nuevo sin quemarle demasiado. 
No es que haya que elegir entre el Madrid o cualquier otro, que eso está claro, o el Betis-Sevilla que no me mojo. Peor sería tener que elegir entre Torra-Puigdemont-Junqueras o el lucero del alba. Como es cuestión de gustos te ponen a elegir entre Pantoja-Jiménez y paso, lo siento no es lo mismo que Belmonte-Joselito que debe sonar supermachista, además desde el momento en que el toro acabó con José en Talavera todo se acabó. No me meto en el dilema Calvo-Montero, que baja mi nivel de optimismo en el ser humano. Tampoco me decanto en el García Ferreras-Alvarez de Toledo, donde se exagera por todas partes, como en las elecciones de Galicia para que salga Feijóo como a  él le gusta. Cada vez que me ponen a Iglesias, vicepresidente, con otra opción, Errejón, Monedero, me recuerda a alineaciones del Madrid de años nefastos. No entiendo muy bien lo de las memorias de Woody Allen versus los Farrow, excepto que le odian civilizadamente, sin paliativos, aunque el asunto pasó por los tribunales de New York. Ya sabemos que se trata de vender, Farrow vendió las suyas, dijo lo que quiso, escribiendo mucho peor que Mr. Allen que algunos premios cosechó. Me alegro no tener que decidirme si los costaleros deben salir o no en Semana Santa, no se van a poner las mascarillas que quedaría ridículo. Cuando llegue el coronavirus a las procesiones veremos la capacidad de elegir. Estoy seguro que El Tercio está dispuesto a sacar a su Cristo, sin mascarillas, que te acatarras. Esperará órdenes del mando.

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