martes, 1 de septiembre de 2020

Casa de América. Patrimonio nacional.

Ya ha empezado el cole, al menos en algunos lugares de nuestra geografía, normalmente el primer día es un día de alegría para casi todos, en estas circunstancias es una incógnita; el personal se ha tomado sus vacaciones los turistas se han quedado en casa o cambiado de veraneo, el que puede vuelve a trabajar. No estamos mejor que hace seis meses. Simultáneamente en la Casa de América , no es 1981,se aparece el espíritu del marqués de Leguineche, Luis José, Segundo, Goyo, la condesa, sin saber el papel que juega cada uno sin notario, allí está el presidente elegido para asignar papeles. Don Luis G. Berlanga no tiene ni que decir acción. Se celebra un encuentro, mitín o declaración de intenciones, o sea un acto político, con una mezcla heterogénea de unas y otros, cien personas por aquello del corona. Asiste el gobierno de coalición, socialistas con comunistas apoyados por independentistas, patronal, sindicatos, los presidentes, CEOs, de las empresas más relevantes del IBEX-35, la cultura, un pianista, un escritor , una boticaria divulgadora, alguien más que no reconozco por la máscara obligatoria. El mensaje, sin detalles, es que todos deben arrimar el hombro, lo cierto es que decir que hay que trabajar unidos en un país es una obviedad, no hace falta reunirse, pero claro es política y no está el horno para bollos. En este caso hay que aprobar unos presupuestos que llevan ciclos prorrogados, hay que utilizar un dinero/préstamo/rescate de la Unión Europea bajo unas condiciones, existe un déficit público cada vez más preocupante. Menudo panorama para aquellos que se han dedicado a negar a todos los que allí estaban hoy, o gobernando España o aquellos otros que han repetido hasta la saciedad que nunca pactarían, en estos dos grupos están incluidos casi todos. Lo malo es que no es cine, o si lo es, parece de baja calidad.

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