domingo, 12 de diciembre de 2021

Una muñeca maravillosa o un intruso entre anglosajones.

 

 


Hubo unos veinte años entre la aparición de Seve y Manolo Santana, contamos contigo en medio; España había cambiado en ese tiempo, el mundo también; en otros días eran deportes de élite para los españolitos, de gente de dinero; ambos me hicieron ilusionarme, ambos eran muy buenos, muy ganadores, muy auténticos, necesitados del justo triunfo. Santana ha muerto, un pionero, un verdadero pionero del tenis, del deporte de élite, de la gloria: junto a casa, en el club Velázquez recogía pelotas, luego besó la mano a la duquesa de Kent contra el protocolo de Wimbledon. No se jugaba mucho al tenis en Madrid, yo tenía el club Santiago con sus pistas de tierra batida y algún amigo entusiasmado por el deporte los Lacoste o Fred Perry, la Dunlop Maxply, el resto lo hizo Santana con su revés sus dejadas o su paralelo que no se decía así. Me hizo levantarme dos diciembres a las 4 am para ver las finales de la copa Davis contra dos Australias imbatibles, en su hierba con Emerson, Newcombe, Stolle, Roche, blanco y negro, zurdos, diestros, altos; el resultado fue el mismo, sólo Santana ganó un punto.Todo lo hecho en su tiempo permitió que el nombre de España alcanzase grandes niveles, hay que estarle agradecido, recordárselo a los jóvenes, que los niños siempre sueñen como yo lo pude hacer.

P/S. Observar bonito escudo foto con copa Wimbledon.

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