Acabamos el año 2021, cantamos lo de Mecano en la Puerta del Sol, "marineros, soldados, solteros, casado,...", ha dejado de llover en LA. Pienso, en primer lugar, que hay que estar agradecidos porque es de bien nacidos aunque luego cada uno concretice en el sujeto al que dirige su agradecimiento. He leído de alguien que deja su profesión, creo que con 33 años, para ser armador; todo porque su padre tenía un barco de pesca, él salía a la mar desde pequeño,siempre que podía, le gustaba mucho, lo que llamo un marinazo, de esos que fuman con mala mar, de hecho jugó en el Madrid y fumaba, Así de sencillo. No es fácil la vida del pescador, en este caso en el duro Atlántico, lo bonito es que en la sinceridad de sus palabras intentando ponderar la profesión de su padre, expone con claridad la sencillez del pescador, la belleza de la mar, una profesión muy antigua. He tenido la oportunidad de navegar por el Lago Tiberiades o Mar de Galilea, un día cálido del mes de febrero, la mar como un plato, todo era paz, alguien hablaba de los vientos del norte entre las montañas que actúan como toberas levantando olas de cierto porte, de esas que empiezan a preocupar. Las orillas estaban ocultas bajo la ligera bruma, casi me quedo dormido en la borda de esa embarcación a motor de cierto porte que llevaba muchos turistas. Creo saber a quién debo agradecer.
viernes, 31 de diciembre de 2021
Sale el sol.
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