El Circo con mayúsculas es el espectáculo que mas me ha gustado de niño, pequeño o no tanto, sobre todo el Price de Madrid, los olores de aquel escenario se mezclaban con el serrín, fieras, patatas fritas a la inglesa. Mis amigos, que no les llevaban, decían que los leones estaban drogados. Nuevo desgobierno. Ya , es curioso que no tengo ningún interés en aprenderme sus nombres, que no se lo que duran y que son poco fiables, en mi ignorancia de esas cosas de la política. Yo sé de circo, lo mío es el circo, el teatro Price como tal en la plaza del Rey de Madrid. El espectáculo en mi caso llevaba merienda-cena incluida. El privilegio se lo debo a mi padre que supo introducirme en ese mundo. Pude ver a los mejores trapecistas, domadores, equilibristas, animales adiestrados, magos y payasos, siempre tristes y haciendo reir a los niños, dinastías de payasos. Yo no he sabido transmitir esas emociones, algo como la España sin acabar, y el Price desapareció como tal hace muchos años. He visto el nuevo gobierno me preguntaba si les gustará el circo a alguno o alguna, si habrá payasas en el nuevo gobierno, en que parte de la función entrarían en escena. Creo que no sería en ninguna actividad de riesgo, no hay Pinitos del Oro sin red. El presidente sería maestro de ceremonias, banal. El señor de las gafas que parece un seminarista de antes sería el payaso serio, listillo. Los demás todas ellas entrarían a la pista maquilladas con sonrisas enormes trajes de lentejuelas. No habría domadores ni equilibristas y al ministro del interior vendiendo bombones helados. No se si alguno pasará a la historia con cierta dignidad.
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