Se cuenta que una vez, al menos una vez, el inteligente Ortega, filósofo, trató de contestar a las preguntas : ¡Dios mío!¿ Dejaremos de ser alguna vez un pueblo que anda medio a ciegas, cuando no a trompicones? Si es que en el pasado fuimos capaces de hacer algo razonable ¿ no lo podremos intentar de nuevo? . Como he vuelto a los clásicos puede presumir de no haber abandonado mis frustraciones, quizá Ortega no es un clásico pero vivió tiempos difíciles en España y Europa. No se qué pensaría de estos personajes. Volvemos a tener el mismo presidente sin que nadie se abstuviese. En mi lectura o conversaciones con los clásicos he vuelto a Cervantes, hombre del cual también me gustaría conocer su opinión. El caso es que esto no tiene buena pinta, la situación, donde nos salva algo esa Desunión Europea que al menos mantiene el euro en la plomada. Un amigo sabio me dijo una frase lapidaria: la vela que va delante es la que alumbra. No quiere preguntarme lo de Ortega , ya lo he hecho en varias ocasiones, porque quizá es muy fino, condescendiente, en lo de ir medio a ciegas aplicado a este momento. Ahora nos guía una vela, cirio, candela, cerilla al viento o lazarillo. A lo mejor es lo justo porque el de Tormes es un poco ídolo de muchos españoles
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