lunes, 23 de diciembre de 2019

Coliseo romano IX. El Clásico de toda la vida.

No me encontraba en Madrid, no pude ir a Chamartín, supongo que había buen ambiente, de vascos que vienen de Bilbao de toda España. 
He visto el partido a las doce del mediodía a punto de hacer un brunch, en una pantalla donde un británico, dos para ser exactos, decían cosas sobre lo que ocurría en el campo. No me gustaba el cariz del partido ya al acabar la primera mitad, la cual he visto casi entera, con un estupendo Unai Simon, nosotros creando ocasiones, pero sin remates efectivos, llegábamos tarde, rematabamos con ingenuidad, se lucía el guardameta, repelía el palo, da un poco igual porque lo más difícil del fútbol es hacer goles, no los hacemos, no ha sido sólo hoy, es un hecho. SInceramente no creo que eso se pueda aprender en el tiempo que queda o en las edades que tenemos. Al final el 0-0 es lo que es. 
El rival, que también cuenta, ha defendido su juego con un éxito a su nivel, no hay que darle más vueltas. Los palos, remates fallidos, arbitraje, acciones puntuales o repetitivas, son cosas del fútbol que pesan unidas, más o menos. Tenemos factores en contra como la falta de un goleador de área, jugadores muy jóvenes, irregulares, discontinuos, preocupados por hacer cosas que no dominan, necesitados de experiencia, que intentan cumplir, no siempre les sale.

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