miércoles, 18 de diciembre de 2019

El ADN en la prueba de paternidad.

En menos que canta un gallo o tras 12 horas de vuelo, en un avión lleno de gente te plantas en California, un aeropuerto de mucho tráfico, claro que lo peor no ha llegado todavía, cuando estas más confiado te espera la cola de border control, las preguntas, emigración, la larga espera con gente mayor y niños agotados, llorando. 
Es como las lentejas si quieres las comes y si no las dejas. 
Ves las nacionalidades, razas, los muchos asiáticos, europeos del este, como si fuese una película del siglo XXI, un remake de The Godfather, 100 años después. 
Antes en el avión me he dedicado a ver películas, he vuelto a Tarantino porque es la que más me ha gustado este año, he probado con Santiago Segura y su "Padre no hay más que uno" o algo así.  ¿ Qué haría Segura si fuese americano?  ¿o refugiado de Polonia como Polanski?  ¿Cómo se haría lo de Padre no hay más que uno con JL López Veaquez y Lali Soldevilla? Después de todo padre no hay más que uno, más ahora que está la prueba del ADN, y los españoles tenemos el nuestro. Al final tienes que consolarte porque esto no es peor que 1910 en Ellis Island, ese mundo no era mejor, ni la España de los sesenta con el destape, el turismo, seiscientos, sangria/paella y guitarras, Hay que vivir el momento, ya lo decían los clásicos romanos, parcos y al grano.

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