Trato de repasar lo que ha sido 2019, además de muchas elecciones en mi casa. Leo desde la distancia las noticias de España, no avanzamos mucho, el año 2019 acaba como empezó, una señorita llamada Pedroche es lo trascendental, su vestido con lo de las uvas, las copas.
Repasar mi vida, actos, acontecimientos, no es de interés, además si hay dos cosas que hacer en la vida es dar gracias y pedir perdón. Si hablo de sensaciones no son muy agradables, me parece que estoy en un barco, como decía el gran Millán Salcedo en Nochevieja, perdido sin rumbo en el lodo y se ponía a entonar una de los Panchos.
El mundo occidental da muestras de continuar en su declive, intenta mantener sus números, sus economías, su bienestar, es una caída controlada, no hay renovación. Seguramente no se puede tener todo, los verdaderos cambios cuestan. Europa, USA, ahí están en su laberinto, llenos de dirigentes aburridos que no motivan demasiado, todo es mantenerse en el puesto. Hay otros candidatos como China, Rusia , India, que incrementan sus cifras, aspirantes a un liderazgo huérfano, un testigo que nadie recoge. Esa es la sensación que se viene cociendo. No se si es bueno o malo, si mejorará o empeorará la situación general, resulta difícil de estimar.
Repasar mi vida, actos, acontecimientos, no es de interés, además si hay dos cosas que hacer en la vida es dar gracias y pedir perdón. Si hablo de sensaciones no son muy agradables, me parece que estoy en un barco, como decía el gran Millán Salcedo en Nochevieja, perdido sin rumbo en el lodo y se ponía a entonar una de los Panchos.
El mundo occidental da muestras de continuar en su declive, intenta mantener sus números, sus economías, su bienestar, es una caída controlada, no hay renovación. Seguramente no se puede tener todo, los verdaderos cambios cuestan. Europa, USA, ahí están en su laberinto, llenos de dirigentes aburridos que no motivan demasiado, todo es mantenerse en el puesto. Hay otros candidatos como China, Rusia , India, que incrementan sus cifras, aspirantes a un liderazgo huérfano, un testigo que nadie recoge. Esa es la sensación que se viene cociendo. No se si es bueno o malo, si mejorará o empeorará la situación general, resulta difícil de estimar.
Es curioso que el mensaje de la Natividad, el cristiano, es una versión distinta, han pasado dos mil años, no ha cuajado todavía. Habla de otras cosas que no aparecen en los datos macroeconómicos.
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