Creo que hay un programa en televisión de españoles por esos mundos de Dios. No lo he visto, perdón, sólo tengo referencias. Al parecer esos españolitos/as son felices, cualquiera que sea su profesión, ocupación o vida familiar viven cerca del paraiso. Son felices, enhorabuena. Creo que no son homeless precisamente, a veces están casados con locales que también gozan de buen status y la vida es bella. Claro que ¿cómo van a hacer un programa de gente que no está contenta y vive con apuros?
Y es que el españolito medio, normal y corriente, no se va al extranjero sino es por necesidad o dinero, piensa en general que como en España no se ha vivido ni se vive en ningún lugar. Bueno quizás en la luna u otro planeta, aunque no se si hay jamón ibérico o tortilla de patatas.
El idioma es otra remora. Y estoy hablando de la generalidad no de las excepciones. Puede irse a un país hispanoparlante, hasta ahora no los apreciaba demasiado, con la crisis las cosas cambian y no queda otro remedio que salir. Piensa que ya pasaron los años cuarenta, cincuenta o sesenta. Aunque digan que se habla mejor el inglés no es cierto, no se pone suficiente interés, como mucho es una obligación e incluso se opina que en USA cada ve se habla más español y el voto hispánico te lleva a la Casa Blanca.
Si te encuentras en el extranjero con un grupo de españoles se pondera todo lo español, la comida, el vino, el sol, el aperitivo, la amabilidad, la simpatía, el saber vivir y nuestra imaginación. Los demás no comen tan bien, ni beben tanta calidad, además estamos avalados por el justo reconocimiento mundial a nuestros chefs, que ya era hora.
Y luego vienen las clasificaciones como en el fútbol o en cualquier actividad. No puedes decir que eres el mejor de Europa si no ganas o al menos llegas a semifinales y no tienes suerte. Necesitas una trayectoria y constatarla con resultados. Luego en esa Unión Europea, en ese sueño burocrático, te ponen clasificaciones, datos económicas, de educación, culturales, científicos, sanitarios, policiales, etc...y salimos clasificados donde salimos.
Quizás un poquito de autocrítica, sin pesimismo, con honradez y sabiendo que todo tiene un precio y no se puede estar en misa y repicando por muy español que seas.
No se me enfaden.
El idioma es otra remora. Y estoy hablando de la generalidad no de las excepciones. Puede irse a un país hispanoparlante, hasta ahora no los apreciaba demasiado, con la crisis las cosas cambian y no queda otro remedio que salir. Piensa que ya pasaron los años cuarenta, cincuenta o sesenta. Aunque digan que se habla mejor el inglés no es cierto, no se pone suficiente interés, como mucho es una obligación e incluso se opina que en USA cada ve se habla más español y el voto hispánico te lleva a la Casa Blanca.
Si te encuentras en el extranjero con un grupo de españoles se pondera todo lo español, la comida, el vino, el sol, el aperitivo, la amabilidad, la simpatía, el saber vivir y nuestra imaginación. Los demás no comen tan bien, ni beben tanta calidad, además estamos avalados por el justo reconocimiento mundial a nuestros chefs, que ya era hora.
Y luego vienen las clasificaciones como en el fútbol o en cualquier actividad. No puedes decir que eres el mejor de Europa si no ganas o al menos llegas a semifinales y no tienes suerte. Necesitas una trayectoria y constatarla con resultados. Luego en esa Unión Europea, en ese sueño burocrático, te ponen clasificaciones, datos económicas, de educación, culturales, científicos, sanitarios, policiales, etc...y salimos clasificados donde salimos.
Quizás un poquito de autocrítica, sin pesimismo, con honradez y sabiendo que todo tiene un precio y no se puede estar en misa y repicando por muy español que seas.
No se me enfaden.
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