sábado, 21 de febrero de 2015

La desconfianza.

Un factor determinante en las relaciones humanas es la confianza, sin confianza no es fácil avanzar ni construir.
Y yo creo que los responsables políticos de Alemania, y sus apoyos europeos, no confían mucho en los gobernantes de Grecia y tampoco demasiado en el pueblo griego; piensan que han dilapidado el dinero de las épocas de falsa bonanza sin dar muchos palos al agua.
Suena duro, pero me temo que es así
¿Cómo casa esto con una Europa unida? ¿Un proyecto común, una idea de futuro?¿Un algo sin fronteras?
La imagen que se transmite es la de un ministro de economía griego, un tanto hooligan, que en su inglés les dice a sus colegas de la "troika": yo se de que va esto. 
Y un primer ministro que repite tengo el apoyo y un mandato de mi pueblo y esto tiene que cambiar, no puedo seguir así.
Han ganado tiempo porque en este siglo XXI, al igual que con el tratamiento de las enfermedades, se trata muchas veces de ganar tiempo, nada más.
En medio de nuestros progresos, descubrimientos y avances científicos, el tiempo sigue siendo un factor determinante, no podemos añadir ni un segundo a nuestra vida y sin embargo nos mostramos incapaces de acomodar el tiempo al tiempo que nos ha tocado vivir y continuamos con nuestras torpezas.
Y mal utilizamos el tiempo como para dar explicaciones, después de estar callado el Sr. Monedero y acabar sin decir ni justificar absolutamente nada; a su número uno, señor Iglesias, no le resultará fácil digerir los nulos argumentos; claro que siempre se puede recurrir a que son ataques desesperados, que no había mala intención y que lo que importa es el proyecto y la regeneración.
Si el mundo hubiese nacido ayer a lo mejor se lo traga el pueblo y en estas circunstancias también habrá quien se lo trague, que aquí hay muchas tragaderas.
No se me enfaden.

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