Sienta bien releer a Unamuno, a Don Miguel; se transforma en un soplo de aire fresco ante tanta vulgaridad, mezquindad, ante tanto mentecato, como él diría; claro que sin tener el conocimiento de la etimología, su cultura y su sapiencia resulta complicado ponerse a escribir.
No me preocupa demasiado, al fin y al cabo ¿Quién lee lo que escribo?
Esto no es algo de grandes pretensiones, sino una gimnasia intelectual matutina, para afrontar la dura jornada. No tengo ni que disculparme por mi soberbia y en eso también coincido con Don Miguel, que se preguntaba ¿Hay mayor soberbia que pretender ser tenido por humilde?
La gente que aparece en los medios, hasta el cansancio y la hartez de las meninges, se opondría a Unamuno con toda la osadía del ignorante; políticos o entrenadores,; dirigentes o futbolistas; deportistas o cantantes folklóricos, todos son humildes, lo dicen y lo mantienen, total ¿Cuesta algo?
No sólo es gratis, además muchos que escuchan, leen o compran, se lo creen a pies juntillas. Yo sigo pensando que los verdaderos humildes no lo van anunciando al igual que los verdaderos sabios se replantean TODO.
¡ Menudo personaje Don Miguel!
¡ Qué pocos le hubiesen votado!
Tampoco sé como se entendería hoy en día aquello de "La pereza individual huye de la posición crítica o escéptica"
Para Don Miguel el escepticismo ( en el plano etimológico o filosófico), el escéptico, no significaba el que duda sino el que investiga o rebusca
¡Qué hermosa lección! ¡Cuanto abunda lo contrario en estas Españas!
Según el sabio profesor "la pereza individual huye de la posición crítica o escéptica". Es decir se conforma, se adapta, se convence, no quiere ni busca problemas, se vive muy bien contentando a todos . No cabe duda somos muy perezoso individualmente.