jueves, 14 de mayo de 2015

Mismos perros, distintos collares.

El día de San Isidro. Es el patrón de la villa, un tipo sencillo que era labrador, profesión noble y muy de la época; ahora hay menos labradores, se supone que estamos más desarrollados con nuevas necesidades y la gente no da tanto el callo. Y está Madrid, la capital de la Españas entre encuestas a las encuestas de alcalde y la comunidad, también para ser el entrenador del Madrid.
A mi no me han preguntado en ninguno de los casos y no puedo hablar científicamente de los demás, me tengo que mover en el resbaladizo mundo de las sensaciones.
Mis entrañas, tan absurdas y equivocadas, me dicen que aquí hay muchos/demasiados que no cambian su vota pase lo que pase. Y hay otros que cambian por lo nuevo como el que cambia de pareja, por la novedad; el gusanillo de lo que te puede ofrecer esa nueva amistad.
¿Con qué otros criterios puede uno elegir?
Uno interesante, lógico, adecuado, sería el programa electoral de los candidatos, pero suponiendo que lo que exponen sea un programa, condición que rara vez sea a cumplido ¿Quién se fía?
Al final el criterio es como te cae uno u otra, como se expresa, como dice lo que le dicen sus asesores lectores de encuestas. Tengo la sensación que morirán siglas y se "consolidarán" otras, que lo que hicieron los desaparecidos quedará en el olvido y lo que pueden hacer los emergentes, suavizándose o radicalizándose, quedará en agua de borrajas.
Vi a una persona de origen latino americano empujando una silla de una señora mayor de setenta años, sufriendo y el que presumo su marido de edad similar, andando con el periódico, acompañando, con agilidad. La cuidadora hablaba, comentaba por amenizar.
-Hace un día precioso, se está muy bien a la sombra.
La señora que sufría en la silla esbozó una sonrisa amable, con gran esfuerzo.
- Si...un día precioso.
No puedo evitar estar con los que sufren y con su dignidad, me admira.
¿A quién votará?

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