martes, 9 de junio de 2015

La vida en un hilo.

Es una comedia de Edgar Neville, gran cineasta, escritor y productor, personaje no al nivel de Ernst Lubitch, pero un gigante de gran gusto. Una obra de teatro convertida en gran película; una comedia, con sus toques hispanos, del año en el cual finalizó la Segunda Guerra Mundial.
A una señora le cuentan lo que hubiese sido su vida si hubiese escogido a un hombre en lugar de otro. El de Madrid no es el escogido; el del norte, triste/plomizo/acomplejado/pesado/sin gracia, se casa con la chica; afortunadamente  el marido decide dormir en invierno con las ventanas abiertas y coge una pulmonía mortal. Entonces la viuda vuelve a encontrarse con el señor de Madrid y goza de una segunda oportunidad.
¿No estamos todos pendientes de un hilo? 
Todos no. Los personajes del campeón actual de la Champions no están pendientes de un hilo, todos viven y están pendientes de la política. hasta mi ídolo Mascherano, argentino y cabal. 
Los jugadores tienen menos de 35 años, más de dos tercios han nacido fuera de la comunidad autonómica (los de allí han sido adoctrinados); se supone que han viajado, visto el mundo y desconozco su nivel cultural, pero necesitan hacer conjuras de lo que piensan que sus aficionados quieren oír; imbuidos de lo que escuchan a sus dirigentes, consignas y recomendaciones. 
Siguen jugando el campeonato nacional, la copa del Rey y demás torneos, pero restriegan en cada gesto, postura, comentario, manifestación y detalles que pertenecen orgullosos, serviles y activamente a un club pitahimnos.
Celebran sus campeonatos y sin embargo se acuerdan del Real Madrid ¿Por qué? ¿A qué viene  acordarse del segundo? ¿Por que se menciona que gracias a una fiesta de cumpleaños han ganado los título?
Un gracioso/inmaduro/niño grande al frente del equipo "pitahimnos" campeón de Europa, busca protagonismo entre sus acólitos. No se da cuenta que han ganado como otros han sido campeones otros años, de forma similar o más clara en muchas ocasiones; sin tanta banalidad, mezquindad o catetismo. 
Arrieros somos. Sólo espero que no caigamos en la catetada del nordeste.

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