jueves, 4 de junio de 2015

Las odiosas comparaciones."The Finals".

No se me ocurre nada nuevo que escribir sobre la política carpetovetónica y me levanto a las tres de la mañana para contemplar el primer partido de los play-offs  de la NBA entre Golden State y Cleveland. ¡Que bien como en los viejos tiempos!
No voy a hacer comparaciones de ningún tipo.
Vuelve el sonido de los comentaristas que no se si es el idioma, pero me suena mucho mejor que los nuestros de fútbol. Es una final NBA, luego hay espectáculo asegurado como en Broadway, en un musical show.
Y conectó en en momento en que una joven cantante finaliza el himno, nadie pita, y mira que hay energúmenos en US, en Oakland, o en cualquier sitio y con la mano señala al respetable; a trvés de una preciosa voz les dice, les señala, ellos que son "the land of the frees and the home of the braves". Emotivo y hermoso. Nada que ver con aquello reciente de Barcelona, que no vi y todo el mundo discute; claro que esas palabras no pegarían mucho allí. Las comparaciones son odiosas.
Reemplazo a Magic y Bird por James y Curry, sin nostalgia, y comienza el espectáculo con ellos, con Irving, ambos Thompson y mucho otros; la potencia, ritmo, velocidad, lucha, nervios, fallos, rebote, precisión de una final NBA con muchos anuncios, y calidad asegurada.
Los Cavaliers controlan a los Warrriors que tienen un impresionante record como locales esta temporada y llega un trepidante final del segundo cuarto en un intercambio de golpes/tiros como en una batalla del Far West, mucha igualdad. Los de James ( ¿Cómo se le para?poderoso, se van con dos puntos de ventaja y Curry con una frialdad como en "Unforgiven" de Eastwood, no se inmuta y continúa tirando. ¡Vaya tipo!
Me acuerdo de que a los hermanos Gasol (que tanto éxitos han dado al deporte español y son muy buenos como jugadores), sorpresivamente para mi, les han dado el premio Príncipe de Asturias ( un carrusel como todos los premios, son jóvenes y Marc no se que ha hecho realmente); recuerdo que a James le llaman The King; recuerdo a un SACEUR en Mons, un general llamado George Joulwan en los noventa, cuando el señor Solana era sorpresivamente Secretario general, y al cual apodaban The King también y me pregunto si se lo concederán a James o Curry o Irving y las comparaciones siguen pareciéndome odiosas.
Al final extra-time, detalles puntuales y el peligro de las lesiones de jugadores importantes.
Esto no ha hecho nada más que empezar.

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