jueves, 17 de septiembre de 2015

Orgulloso de la selección nacional.

Me refiero a la de baloncesto, naturalmente; un ejemplo.
La semifinal fue contra Francia, en Lille, pabellón a tope; era un partido muy complicado; no sólo por Parker y los otros seis NBA, sino por su fuerza, rebote, físico, agresividad y ambiente hostil.  
Hemos cometido errores, nos hemos precipitado a veces, no hemos acertado en tiros de tres y sin embargo me quedo con la sensación de nuestra gran clase y el baloncesto que practicamos.
Somos altamente competitivos.
Eso es lo que el Sr, Mas y los independentistas van a intentar liquidar; la alianza Pau Gasol y Felipe Reyes es una muestra palpable, creíble y excelsa, de lo que une; junto al Chacho, Rudy, Llull y los demás, Ribas, Claver, hasta uno como Mirotic que no ha nacido en las Españas o el añorado Ibaka, también forastero.
Lo destaco porque en el baloncesto si parecen un equipo; un equipo muy real, no de nombre, que va a por todas, incluso con ausencias muy notables, como Mark o Ricky.
Se sufrió de lo lindo, sabiendo lo que cambia todo en segundos, con un buen tiro de tres, un rebote, robo o perdida.
Veía las apretadas diferencias en el marcador y me quedaba mirando a los árbitros; intentaba no hacerlo, no fuese que nos pitasen una técnica televisiva por decir la verdad. Todos los jugadores, con la garra/clase de Pau Gasol  (40 puntos, 11 rebotes), a la cabeza, han podido sobre ponerse a todo el excelente equipo contrario y a esos factores que tanto cuentan. 
Ni prórroga ni gaitas, 75-80 al final, histórico, hermoso.
Felicidades muchachos, sois un verdadero equipo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario