miércoles, 30 de septiembre de 2015

¡ Vaya tropa ! exclamó el conde.

Atrapados como Kevin Costner en "No way out", así deben sentirse muchos; otros nos vemos reflejados en la exclamación de don Alvaro de Figueroa, presidente, ministro... muchas veces.
Los resultados en Cataluña no aclaran demasiado o no aclaran todo lo que deberían. Si hubiesen sido unas puras elecciones autonómicas no tendrían mucho sentido, ya que la coalición ganadora nunca se hubiese producido; sin embargo ese conjunto de enemigos ideológicos se unió en busca de la independencia y como resulta que no se puede pontificar sobre lo que realmente están a favor o en contra, se va a seguir buscando el ganar por la mínima y como sea. 
No tengo duda, que el parlamento independentista, con el presidente que elijan, se moverá en esa dirección.
¿Qué va a hacer el gobierno central? ¿Y los partidos de ámbito nacional? 
Pues me da la sensación que pensar en las elecciones generales; en lo que puede atraer votantes ( ya sea inaugurando obras o  en forma de una ex militar, de atención en los medios, en los primeros números de la lista de Madrid) es la absoluta prioridad. Hay que ganar votos, como sea.
El partido en el poder lo tiene más complicado por su desgaste en estos cuatro años, los casos de corrupción, inmovilismo o falta de reacción, y la hartez del electorado en muchas de sus caras incapaces de pronunciarse en discursos ilusionantes de futuro. Dan la sensación de la orquesta del RMS Titanic, sin esa clase natural ante la muerte inminente.
La alternativa socialista brilla por pretender contentar a todos, sin perder votantes, sin meteduras de pata, sin criterio conocido; eso si con la pretensión de acabar con todos los males a través de un falso estilo poco creíble. 
Las iniciativas basadas en los cabreos de la población mezcladas con teorías de gobierno obsoletas, ya no creo que hagan ni gracia.
¡Vaya tropa! Quizás aparezca ese jugador joven, sin pasado que revolucione el panorama, al menos.

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