martes, 6 de febrero de 2018

Some like it hot, Champions, lo imposible ante el PSG.

Se acerca el partido de Champions contra el poderoso PSG que parece en buena forma, excelentes jugadores, dos muy jóvenes estrellas, Neymar y Mbapeé, un goleador como Cavani, y ganas enormes. Ganas de gloria, anxia de victoria y ... ¿qué mejor que exterminar al vigente campeón? Pocas ocasiones tendrán como esta.
Eso ocurrirá el día de San Valentin 2018, sin regalos empalagosos de corazones. El mismo día donde transcurre la matanza de Chicago, que en la famosa película de Billy Wilder, en castellano se titula, "Con faldas y a lo loco", lleva a los protagonistas a disfrazarse de chicas para tocar en una orquesta. Obra maestra.
El Madrid no es hoy una orquesta ni Marilyn Monroe sería capaz de animarles y las "Thompson" del Madrid se encasquillan esta temporada
No estaré en Chamartín. Puedo confirmar que estaré en algún lugar de Oriente Medio y no se si podré ver el partido. Mi entrada en el campo será para otra persona, afortunada o no. En el punto más conflictivo del globo, eterna disputa entre hebreos y musulmanes, politizado al extremo, apelando siempre  a la religión, buscaré una pantalla amiga. 
El Paris Saint Germain, excelente equipo actual, es el resultado de una inversión proveniente del Golfo porque era un objetivo a mano como el City u otros, ya son competitivos. Los petrodólares no nos han derrotado. El Madrid no se ha vendido y me alegro que así sea, aunque cometamos errores, son errores nuestros.
Honestamente todo está en contra del Real Madrid, empezando por él mismo, el equipo y su fútbol. Si no hay lesionados, se presume una alineación, que demuestra debilidades enormes, de puntería, concentración, mecanismos, rutinas y desacierto en los metros finales. Como equipo es mediocre, sin alma y muy pocos jugadores en forma. Es un grupo perdido ahora mismo.
Luego esta la historieta de nuestra historia, etc..., el hecho de que es un juego y el factor suerte, la esperanza es lo último que se pierde, y otras pamplinas. Todo ello me lleva a no apostar nunca. Ahora bien yo ¡Hasta el final, vamos Real!
No puede ser de otro modo. Ingrato nunca he sido.

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