domingo, 8 de julio de 2018

Lucia de Lammermoor y el orgullo.

Últimos encuentros de cuartos. Me quedé dormido en el Suecia-Inglaterra, luego no puedo opinar. ni estar orgulloso de mi mismo. Estamos en la semana del Orgullo (se dice así a secas), pero se sobreentiende que es el orgullo gay o LGTBI y en Madrid tratan de decirte que todos estamos muy orgullosos, aunque no sabemos bien de qué. El caso es que en el teatro Real había ópera, Lucia de Lammermoor, y las entradas se perdían en el tiempo cuando las sacamos. Fue para estar orgullosos de los artistas, a gran nivel. Me remonté al siglo XIX en esa mezcla de Italia y Escocia, de otros tipos de orgullo, donde la historia se pierde en arabescos y lo importante es Donizetti, su música. El espectáculo fue estupendo, de gran calidad todo. En las afueras del teatro, dando al palacio real, había una gran pantalla y público a tope, con magnífico sonido. Al entrar, a las 20.00, era de día, al salir, la noche aliviaba con su frescor y esa zona de Madrid estaba bella y orgullosa porque es muy bonita no porque era el día del orgullo.
Mientras mi Luka Modric jugaba contra Rusia y al parecer sufrieron, pero se clasificaron. Los rusos son un pueblo orgulloso, estarán orgullosos de la organización del mundial, la seguridad y el recorrido de su selección, pero yo soy muy de Modric, que además tiene muchas clase, estilo, juega muy bien al fútbol y quiere llegar lejos en este campeonato con su país. Estamos orgullosos de él.
Supongo que el público que sabe de fútbol quiere una final Francia-Inglaterra que tiene un portero muy bueno que me despertó con sus paradas. A mi me gustaría la otra posibilidad por múltiples razones. Croacia a descansar y recuperarse.

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