miércoles, 18 de julio de 2018

Chivos expiatorios

Los seres humanos somos complicados y cerca de la muerte es cuando encontramos la simplicidad. Ahora se vive mejor, más sano -en occidente- más tiempo, se come, se duerme y no buscamos la sencillez, nos complicamos. Nos puede hacer feliz ganar un mundial, aunque sea de chapas, si es de fútbol, mejor.
Francia está feliz (no me lo creo demasiado pero que se lo digan a España, Brasil, Argentina o la poderosa Alemania) aunque rompan muchas cacharrería en las calles parisinas en celebraciones añoradas, el pueblo sale a la calle en Paris, una vez más. Cierro el libro "Citizens" sobre la revolución francesa, que me ha dejado agotado. No sólo por los Años del Terror, ese binomio 1793/94, con la guillotina a tope, sobre todo en París, sino por la búsqueda de una idea central que no fuese simplemente cargarse la monarquía absolutista, causa de todos los problemas de entonces, se ve claramente que "esa" no era la única causa del problema. Es sencillo, útil, hasta humano, centrarse en algo, resumir, concretizar, encontrar el chivo expiatorio, descargar toda la ira y frustración sobre él/ella y ya está. Debo estar ciego porque el mundial de Rusia no me ha gustado y eso que he visto más partidos que  entre todos los dos anteriores juntos. Estaba disponible.
Los horarios eran aceptables y tenía otro motivo buscaba un jugador o dos, como si fuese el jefe de ojeadores del Madrid. No me costó mucho encontrar un portero porque hubo varios. A partir de ahí surgieron los problemas y los que me gustaban (muy poquitos) o son imposibles o ya los tenemos. Crack, crack lo que se dice crack no vi ninguno y eso que Neymar y Mbapée son excelentes jugadores, este último con sólo 19 años puede incluso aprender a ser jugador del Madrid. Me temo que los derroteros van por otro lado. habrá que volver al fútbol de verdad, que ya es hora, sin ofuscarnos en una sola razón, mirar a la complejidad al grupo.

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