lunes, 22 de abril de 2019

La democracia soy yo.

Leyendo lo que dicen unos y otros, me da la sensación que la frase de este título es un pensamiento peligroso que ha calado. 
Cada uno se cree ( o dice ser, que no es igual) más demócrata que el rival, el vecino, o el compañero. Se piensa, se pregona, sea o no sea en campaña, ahora más. No se expresa con la autoridad del Roi Soleil al definir el Estado, en las Españas se anuncian cosas de volea, como se golpea el balón como viene, por eso normalmente se manda la pelota al tercer anfiteatro. 
Ya desde 1975 y posteriores, la palabra más utilizada en discursos públicos es democracia. A mi siempre me ha llamado la atención. También los entrenadores y futbolistas usan mucho la palabra humildad. Da la sensación que entienden que diciendo que eres muy humilde ya te dejan en paz y se meten con el que es objetivo. 
Humildad y democracia, como cualqueir palabra, tienen un significado y son los hechos los que avalan a demócratas y humildes. Normalmente una persona humilde de corazón, despegada de si misma, conocededora de sus limitaciones, sin egoismo, envidias ni vanidades, respetuosa, no necesita decir que es humilde. Se le nota hasta cuando respira.
A los demócratas auténticos también se les ve venir de lejos. No abundan tanto como dicen y lo que predomina es el demagogo, al cual se suele votar.

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