viernes, 20 de noviembre de 2020

El buen samaritano.

Giuliani, aquel que gustaba en NY, septiembre 2001, no acierta con el tinte, supongo que no se lo autoaplicará, realmente uno se pregunta para qué sirve, en mi caso para qué ha servido nunca.  Las Islas Canarias son una especie de paraíso en el Atlántico, cerca del Sáhara, no son independentistas ergo no les hacen caso, el dinero no llega igual, que aguanten. Ya saben la historia del buen samaritano, la de los Evangelios, su comportamiento de buen hombre, frente a otros no tan compasivos, responde al concepto de caridad, parábola de misericordia, ejemplo claro del mensaje que pretendía cambiar el mundo, aquel y este. Un samaritano era de lo peor a ojos de los judíos, un levita hombre respetado, un fariseo se autoproclamaba como garante de la ley. Sin embargo es el samaritano el que reacciona con gran amor hacia el prójimo, porque el prójimo son todos no sólo aquellos de nuestro grupo, parcela, partido, equipo de fútbol. Como todo lo que dicen los Evangelios es claro. Hoy he oído  una frase que no se si por originarse en inglés cambia, es algo así como que el buen samaritano si no tiene dinero no puede hacer nada. En efecto el buen samaritano paga los gastos del hombre atacado, inmediatos o los que puedan producirse en el futuro. Se ve en las calles, o en algunas, gente pidiendo, muchos son señores que parecen organizados, que incluso desprecian que les den algo que no quieren, hay muchos otros, quién sabe si más necesitados que se encuentran paralizados, hay niños, hay escasez en los bancos de alimentos, cada vez más gente en paro, un mal reparto y sin duda se necesita dinero para ayudar a cualquiera que lo precise, tan viejo como el mundo., no hace falta una coalicción autoproclamada de progreso para entenderlo.

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