domingo, 15 de noviembre de 2020

Olvidados.

Sería interesante vernos a todos en la coyuntura de pedir para comer, en la auténtica necesidad, me lo decía una voz de mi conciencia, un amigo. Contaba que ONGs hay muchas, variadas, politizadas, muchas personas trabajando en ellas, muchas desinteresadas otras con intereses, él no se fía demasiado pero argumenta que hay muchas necesidades, mucha gente que no tiene lo más elemental.  Me hablaba de la isla de Lesbos, los campos de refugiados, a miles, guerra de Siria, niños y niñas, se había puesto a currar para llenar un contenedor grande que iría a esos campamentos, nada es suficiente. En Lesbos, que conozco, hace frío en invierno sobre todo si el viento es del norte. Otro contenedor, el siguiente irá para Bosnia, otra situación, necesidades parejas. Luego, una vez arropados, necesitan comer siempre, los bebés, niños, adultos, se recogen alimentos, también se precisa limpieza. En España, donde la cosa no funciona muy bien, también hay necesitados. Se puso a pedir alimentos a la puerta de un gran supermercado, le pasó de todo, la gente reacciona magníficamente, aunque ellos lo pasen mal también, el ser humano da. En una iglesia un señor que pide en la puerta, rumano, se llevó una bolsa  ¿cómo se las vas a quitar? Otra señora dijo que había que pedir por los que están aquí. Un señor dió 20 euros para comprar leche en polvo, su hijo miraba orgulloso al padre.. Al parecer hay que conseguir permisos, que los de seguridad estén informados, hay muchas peticiones, la gente da, lo que puede, sabe que hay muchos peor qué los de aquí. Hay que explicarles para qué es, un campamento de refugiados, no tienen nada, una ONG, leche, champú de niños, aceite de girasol ropa de invierno, unas fantásticas bicicletas para ayudar a su padres.

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