Hay algo, un dato, que sorprende un poco, en un medio de comunicación de Alemania, país serio donde los haya, lees que ven que empieza un periodo, que va a ser largo, complicado, de recesión. No hablamos de locomotora europea y esas frases tan de gurús o políticos que se apuntan al fraseado, pero lo cierto es que la nación puntera en Europa, su industria de calidad/prestigio/competitiva, su ejemplo de seriedad en sus planteamientos, sus expertos, su ausencia de Madame Merkel, habla ya del duro y largo invierno. ¿Cómo es posible que aquella, que no hace tanto, no cobraba intereses, qué no sabía que hacer con los euros, haya llegado a esta situación? Mientras la deuda española no hace más que subir, no tenemos capacidades ni materias primas, nada de petróleo, tenemos turismo, buen tiempo que ya se considera maldición desértica y estamos tan tranquilos en el mes de agosto, con mucho calor, como si el verano no acabase nunca. ¿Nos ha sucedido en el pasado? Seguro, ahora tenemos a la UE ¿ Cuales son las diferencias con otros veranos? Además de la covid... la edad que tenemos; en los setenta había guerra en oriente Medio, convulsión, pero amigo la inocencia española sin estrellas de restauración excepto las de Arzak nos permitía contentar a los turistas en la simpleza de una sangría, un arroz y la luna. En Ibiza existían los palanca, el ibicenco no liga con guiris, va de palanca, que eran españolitos que se ligaban alemanas sin conocer a Goethe, hacían el verano; ahora las palancas sirven para rescatar equipos de fútbol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario