jueves, 18 de agosto de 2022

El palanca.

 Hay algo, un dato, que sorprende un poco, en un medio de comunicación de Alemania, país serio donde los haya, lees que ven que empieza un periodo, que va a ser largo, complicado, de recesión. No hablamos de locomotora europea y esas frases tan de gurús o políticos que se apuntan al fraseado, pero lo cierto es que la nación puntera en Europa, su industria de calidad/prestigio/competitiva, su ejemplo de seriedad en sus planteamientos, sus expertos, su ausencia de Madame Merkel, habla ya del duro y largo invierno.  ¿Cómo es posible que aquella, que no hace tanto, no cobraba intereses, qué no sabía que hacer con los euros, haya llegado a esta situación? Mientras la deuda española no hace más que subir, no tenemos capacidades ni materias primas, nada de petróleo, tenemos turismo, buen tiempo que ya se considera maldición desértica y estamos tan tranquilos en el mes de agosto, con mucho calor, como si el verano no acabase nunca. ¿Nos ha sucedido en el pasado? Seguro, ahora tenemos a la UE ¿ Cuales son las diferencias con otros veranos? Además de la covid... la edad que tenemos; en los setenta había guerra en oriente Medio, convulsión, pero amigo la inocencia española sin estrellas de restauración excepto las de Arzak nos permitía contentar a los turistas en la simpleza de una sangría, un arroz y la luna. En Ibiza existían los palanca, el ibicenco no liga con guiris, va de palanca, que eran españolitos que se ligaban alemanas sin conocer a Goethe, hacían el verano; ahora las palancas sirven para rescatar equipos de fútbol.

No hay comentarios:

Publicar un comentario