Guerra en Ucrania desde el 24 de Febrero, invasión rusa, asuntos viejos, ayer muchos misiles lanzados sobre objetivos múltiples, se habla de todo menos de fútbol antes del encuentro. El Shakhtar es ucraniano, su entrenador Igor Jovicevic croata, otra guerra, cinco temporada en el Castilla, la última recuperándose de una ruptura de ligamentos en la rodilla con Alvarito y Martín Vázquez, habla castellano mejor que yo, siendo mi lengua materna. Juegan la Champions en Varsovia, la del antiguo Pacto, y desde luego al oírle pensaba en Hungria y Puskas. En Suez se desarrollaban operaciones para apoderarse del canal por parte de UK y Francia, con el nuevo Israel para tomar la península del Sinaí, USA poniendo orden, su orden; es en ese duro otoño del 56 cuando entran los carros soviéticos en Budapest, mientras el Athetic ganó 3-2 al mágico Honved de Puskas en Bilbao, la vuelta fue en Bruxelles, los húngaros cayeron eliminados, dos años más tarde don Pancho, con veinte o treinta kilos más vaya usted a saber vino a enamorarme en Chamartín. Fútbol y guerras, política, condición humana, han pasado 66 años, ya no hay URSS, hay medios de comunicación, sofisticados, varios, hemos progresado hemos retrocedido, sigue el ser humano sufriendo y matándose, aunque siempre hay que ver el lado menos malo porque la naturaleza no podemos ignorarla. ¿El resultado final? 1-1 con sangre de Antonio Rudiger.
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