lunes, 24 de octubre de 2022

La mer.

En el colegio estudié que el 70% del planeta Tierra es agua. Hace unos días me hablaban de barcos, trasatlánticos, cruceros u ocean liners como dicen los sajones muy bien diferenciando, me hablaban de barcos a vela, navegaciones, puestas de sol, amaneceres, visitas a puertos muy turísticos donde hay muchos monumentos que visitar, todo muy bonito, a veces caro. Me acordé del Golfo de León breve afortunadamente, intenso; de los rugientes 40, del Golfo de Penas, del Cabo de Hornos, de un diciembre  a 50 grados de latitud norte, de esa película "La tormenta perfecta" que da mucho miedo, de unos 50 grados sur fríos o de ese Mediterráneo hermoso, azul, gris, al norte de la isla natal de Kazanzakis, Me acordé de las balsas de aceite que nunca presagian nada bueno, los horizontes arrugados en el Mediterráneo que no anuncian nada agradable. Me acordé de los olores, por no hablar de comida. Me acordé de un almirante que probaba su nuevo portaaviones en el Mar del Norte a finales del otoño con los ingleses observando sus capacidades reales, relajado en el puente con una ginebra, le preguntó a su eficaz, profesional, inteligente, algo caústico jefe de Estado Mayor cuando aumentaba velocidad si no le gustaba el ambiente, los machetazos; su fiel colaborador le contestó: "almirante es cómo si le preguntas a un minero si le gustan las explosiones de grisú". Hay marinazos. Me acordé de Trenet  que ya lo cantó Charles Trenet  ¿qué puedo añadir?. Me acordé de un chiste que me hace gracia: ¿Cual es el epitafio de un hipocondríaco? Lo ven.

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