Es un buen partido en teoría. Primero porque es una semifinal, después porque el rival juega bien al fútbol, con algún jugador que parece nos interesa. Vi el de ida. Este es distinto, sinceramente pienso que si pasa la Real no gana la Copa y si somos nosotros tengo dudas. Para verificarlo hay que pasar primero. Nosotros en medios de las batallas semanales, sacamos a los tres brasileiros y de media adelante el equipo es correcto, dependiendo del estado de forma. De la media hacia atrás es lo de siempre esta temporada, es decir la adaptación dentro de la disponibilidad y los descansos o recuperaciones.
El comienzo es normal, sin mucho ritmo, ambos cómodos dentro de sus intenciones. Hay la tradición de la Real con este buen entrenador suyo y marcan el 0-1 para igualar la eliminatoria. Nosotros nos reponemos o tiramos con cierta intención, llegamos más con otra actitud. Lo bueno es que en una jugada de Vini, Endrick finaliza con clase, es un jugador cuyo pensamiento está en la portería y meter goles.
En la segunda mitad se provoca un cúmulo de acontecimientos en 20 minutos. Yo pienso que mi equipo se conformaba, se adaptaba, feliz de solucionar el problema de pasar, pero con el mínimo esfuerzo de muchos. En ese ambiente adormilado la Real mete dos goles, donde no hay demasiado acierto nuestro, lo que le daba el pase. Es de esos partidos que gustan al público actual de Chamartín, porque emoción hay cuando el Madrid se pone por detrás en el marcador. En esa vorágine final solucionamos la situación, pero la digna Real, enchufada, vuelve a ponerse por delante con algo de descuido nuestro. No es muy difícil de explicar porque el fútbol no es sólo cuestión de clase, el momento, circunstancias, todo influye y los jugadores llegan rotos a la prórroga que nadie quería. A final Rüdiger mete de cabeza el 4-4 definitivo. Nos da el pase, lo siento por la Real, ahora cualquiera que sea el finalitsa ira a por nosotros otra vez y otra vez.
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