domingo, 18 de mayo de 2014

La mano de Elías.

Esto del baloncesto tiene su miga. Sobre toda la miga la tiene el como jugar una final de Copa de Europa de baloncesto y como la va a jugar el rival.
Desde luego en la derrota de Milán hay detalles técnicos, formas de jugar, actitud, nervios, lectura del partido, el día que te sale o no te sale, aciertos en el tiro, cambios y muchas cosas más, pero también esta el hecho de como plantear la final y que las finales se ganan sin más o se pierden.
El juego del Madrid ha sido muy vistoso y eficaz hasta el partido más importante, aquí los Macabeos de Tel-Aviv han merecido ganar. Se te queda cara de estúpido y lo lamentas por esos buenos jugadores que no han sido capaces en el momento oportuno.
En mi ignorancia me parece que el baloncesto, como casi todo deporte es equilibrio, fuerza mental, fuerza física y clase, pero hay algo añadido y es el dominio de los tableros. El baloncesto precisa de hombres alto y fuertes que salten a por los rebotes, que intimiden que controlen la zona de la pintura. En una final todavía más porque hay muchos nervios y se puede fallar más de lo habitual. Todo jugador es importante, pero esos altos y fuertes como Moses Malone que decía que cuando tiraba a canasta pasaban dos cosas: 'O encesto o el rebote es mío", adquieren mayor relevancia. Así de sencillo veía él su baloncesto, a pesar de sus "pequeñas manos". Sus aficionado de los Sixers  le pedían a Moses que les llevase a la Tierra Prometida, la misma a la que han llegado los Macabeos otra vez. La del triunfo final.
Estos chicos del Madrid tendrán que aprender e intentarlo de nuevo, hoy va a ser duro dormir.

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