sábado, 23 de agosto de 2014

Dulce verano de playa.

No es que el mundo se vuelva loco en verano sino que la locura parece venir de lo que sale en los medios de comunicación. 
Puede ser un famoso, famosete o famocillo, que se echa agua helada, alguno hasta te lo cuentan, te lo mandan y lo ponen en "You tube".  La causa al parecer es buena aunque no se de nadie serio y creíble que haya cuantificado el hecho, la verdadera ayuda, parte de la resolución del problema. No es normal encontrar hoy en día alguien creíble en un personaje público, es como encontrar alguien sobrio en Magaluf y de nacionalidad británica, la Sodoma y Gomorra del siglo XXI, hortera y descontrolada. 
Es muy barato emborracharse en España, se come muy bien y puedes dormir en la playa. Eso si te despiertas antes de las 0500 porque sino te clavan la sombrilla en las posaderas si duermes boca abajo. Parece como si volviesen los tiempo de "40 grados a la sombra" pero con smartphone y sin Manuel Fraga en su Meyba o José Luis López Vazquez y su continua obsesión por ligar.
Vuelven los tiempos pasados los sesenta, el presidente US es afroamericano, es de color, sin mencionarlo porque mencionarlo es de mal educados, y no tiene un Vietnam, no hay comunismo por medio, hay jihadistas  y a estos, es más difícil meterles mano porque hablan de una religión que en realidad es una idea política totalitarista, inventada en el siglo VII A. D. 
No es el problema un estado islámico, señores US. El problema es que una república islámica es el mandato para cualquier musulmán y eso es política no religión.
No se si estos nuevos sesenta nos traerán uno Dylan o Beatles , a Neil Young y a los Stones los tenemos en activo, así que no hace falta que salgan tantos genios, quizás un par de políticos con ideas claras nos vendrían bien. 
No es mucho pedir.

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