martes, 19 de enero de 2016

Fuego en el Ritz de Paris

Alegría en unos y otros porque se levantan las sanciones a Irán que al parecer cumple. Cumplen los dirigentes esa Persia de ayatolas que se paseaban antes con las mismas barbas en el Paris de los 70, y nadie se fijaba en ellos; eran exóticos y alguien les sacaba en los medios con frecuencia, mientras planeaban la revolución de ese poderoso país para expulsar a un Sha irreal. 
Podían frecuentar el te del Ritz.
Un hotel maravilloso ese Ritz de Paris y supongo que mucho mejor después de la reforma cuando se finalice, el trato es muy bueno y goza de ese enclave natural en la place Vendome; no es barato y las cosillas que te ponen para picar, antes de pedir nada, se merecen un dry Martini. Sin embargo no se ha librado del fuego, menos mal que estaba sin clientes.
Un día allí se recuerda siempre, pero pasa rápido. Sus trabajadores ven llegar y partir gente, agradecen las propinas y se olvidan de las caras; las habitaciones no hablan y los secretos se van por los lavabos.
Secretos no hay muchos en las negociaciones para formar un gobierno o desgobierno que parece no aclararse, lo que hay es muchas preguntas sin respuesta, muchas incongruencias, demasiada demagogia y vulgaridad.
¿Cuanto tiempo llevará/costará conseguir un acuerdo? ¿Cuales son realmente los condicionantes? ¿Y el asunto de mantener la unidad de las Españas?
¿Nos derrotaremos entre nosotros mismos?
Derrota de Rafa Nadal en el Open de Australia, nuestro personaje más universal, con dignidad y ante otro español, que seguramente lo siente. Ellos no se limitaron a pelotear, jugaron y uno ganó. Lo de la política parece un peloteo.

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