miércoles, 20 de enero de 2016

Davos y la bolsa marchita.

Petróleo, crecimiento y desconfianza, el cocktail molotov de la economía se unen para hacer temblar las economías de casi todos loa países.
Las bolsas del mundo van cayendo, también como moscas, en estos días que algunos famosos y grandes de la generación de los cuarenta, los que nacieron en plena guerra mundial o en el delirio de una paz que nunca acaba de llegar, caen camino del tanatorio.
La caída de las bolsas supone pérdidas para los millonarios inversores, aunque estos suelen tener mucho y no se dan cuenta; como cuando un mosquito pica a un elefante; el inversor de poca monta,con mucho menos que ganar, no guarda esa capacidad de reacción bajo el colchón y se angustia.
La globalización lleva a eso; el precio del barril de petróleo se mantiene inestable, a la baja, como un enfermo tocado y el clima es de incertidumbre política; no precisamente en los US donde Mr. Trump ya es apoyado por Mrs Palin, asegurándonos Hollywood otra película.
¿Dónde nos agarramos los hispanos ? 
¿Hay motivos para dudar?
No seamos pesimistas que tenemos unos salvadores que aportarán soluciones mágicas al gobierno de los pueblos.
Sin embargo, de los políticos podemos dudar mucho, de su mediocridad poco; haz razones justas para hacerlo, evidencias que soportan los argumentos con sus comportamientos erráticos y lo que es peor, la cantinela de soluciones suena la misma, aunque traten de ocultarla con su demagogia habitual.
El señor Ribera de Ciudadanos parece perdido en medio de esa jungla de incoherencia, populismo, acuerdos baratos que le rodea sin que nadie escuche la simpleza de sus razonamientos. 
¿Ha nacido en estas tierras?
¿Es este el justo y despistado entre los embaucadores?
En Davos no se explican tampoco con claridad.

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