viernes, 29 de enero de 2016

La selva de Mozart.

Ya saben quién es Mozart, un genio, de los pocos que en el mundo han sido. 
Defino como genio a alguien capaz de hacer algo realmente extraordinario con suma facilidad. MiguelAngel, el renacentista, lo era y además un gran currante artesano.
No se si estos genios eran líderes, capaces de guiar a un grupo, fabricar un equipo. 
El grupo puede ser pequeño o un país entero. Hay muy pocos líderes auténticos por ahí, entre los candidatos a presidente US ninguno, entre los que tratan de conseguir un gobierno para las Españas tampoco; aquí no tenemos ni brillantes jefes de campaña ni asesores de película, lo nuestro es rancio.
Hay una serie de televisión en su segunda temporada, se titula "Mozart in the jungle". 
La selva es la fascinante, única, capital del mundo moderno, ciudad de Manhattan y alrededores. La verdad es que esa isla es un auténtico escenario de supervivencia donde se consumen energías de todo tipo a borbotones. La serie tiene buena música clásica, actores brillantes, ritmo, exteriores en los muchos spots de la ciudad, tópicos y un protagonista basado en un real, joven y brillante director de orquesta de origen latino, que asume el reto de hacer que un grupo de profesionales brillen haciendo música y al mismo tiempo vivan. Hay sexo, sin importar la edad o el partner, hay drogas, alcohol, tacos y todo lo que vende.
Pero me quedo con el protagonista que sabe de música y quiere que todos los instrumentos se unan para interpretar debidamente las partituras geniales de los más brillantes compositores.
Supongo que lo conseguirá o al menos lo intentará. Deberá ganarse, con sus actos y personalidad, a los miembros de la orquesta; asume la responsabilidad, nunca echa la culpa a otros, corre riesgos y sabe lo que quiere. 
Así hasta es bonito morir en el intento.

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