jueves, 7 de mayo de 2020

Ali Bombo.

"En algún lugar del mapa de la América Latina,... puede ser que de muy lejos...puede ser que de la China...puede ser que de Katanga, o del Tibet...o del Congo...", lo cantaban Enrique y Ana, lo he sufrido, aprendido de memoria. "Lo cierto de esta historia es... que han visto un Ali Bombo..."
Otras cosas reales nos han llegado de lejanos lugares, coronavirus, productos, enseres , Nike, filosofía. Algunas citas, se le atribuyen a Lao-Tzu o a su taoísmo, muchas frases que enmarcó o enmarcaron, vienen de China, ya saben igual que el covid-19. Es un filósofo, interesante, de un momento en los humanos donde en Grecia florecían personajes que dedicaban su tiempo a pensar y pensar bien, no eran dioses, simplemente usaban su cerebro dignamente, aunque se equivocasen. Hay un principio suyo, de Lao, que indica algo así: “Los que saben no hablan; los que hablan no saben”. 
No me atrevería a aplicarlo a la situación actual en España ni a todo lo que se dice en medios, whatsapp o redes, de hecho voy a borrar lo que escribo como si fuese Misión Imposible, ya que no quiero formar parte de un club que admite gente como yo, que decía un marxista llamado Groucho.
Lo curioso es que no andamos por el siglo IV A.C. sino que pululamos en la era de la información, porque decir que es la era de la desinformación sería una boutade indigna de mis maestros. Hay quién le daria una vuelta de tuerca en estos tiempos: Los que hablan están informados, algunos de ellos conocen, ninguno sabe. Los que saben no están informados, algunos de ellos conocen, ninguno habla. Quizá eso sea riguroso porque si los que hablan están desinformados o pretenden desinformar es muy mal asunto en cualquier caso, no digamos si de los informados algunos conocen y ninguno sabe. Quizá es una versión cínica de este mundo que hemos creado entre todos. La parte informante de la primera parte.
 

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